viernes, 10 de octubre de 2014

Diario de Irlanda. II

Me traslado de nuevo a Irlanda, con esta segunda parte llegamos al ecuador del viaje.
Los primeros días tuvimos un sol radiante, pero a medida de que iban pasando los días conocimos el clima irlandés tal y como es: muy variable. Llovía y a los 10 minutos hacía un sol tremendo, su lluvia era parecida a un chispeo, como si desde el cielo le dieran al botón de un aerosol.
Aquí estamos en las afueras de Dublín y mientras esperábamos el autobús un abejorro dedicaba la mañana a visitar flores, una de tantas fotos hasta que por fin estuvo quieto... Realmente con la fotografía hay que tener mucha paciencia.
Ese día ibamos a una de las playas más famosas de Dublín, Bray. Mientras nos acercábamos a la estación de trenes caía esta foto con el Spire de fondo, como le llamo yo, La aguja de Dublín, Tiene una altura de 120 metros y le llaman el monumento de la luz. Visto desde cualquier sitio de la ciudad siempre causaba impresión.
Celia en el tren, primera vez que se monta en uno y se daba cuenta muy bien de que era un transporte diferente a los que acostumbra subir. Estaba como fascinada, creo que sucumbió al encanto que tienen los trenes. :-)
Alicia y yo en Bray. Era un día lluvioso y la playa en lugar de arena tenía sobre todo piedras y más piedras, algo que a Alicia le encantó. Mamá, atenta para que ninguna piedra fuera a parar a su boca.
Nos dimos un pequeño chapuzón a pesar de lo fría que estaba el agua, total ya estamos acostumbrados a las aguas frías de Galicia. Los niños te arrastran de alguna manera al agua, generalmente no hay manera de librarse. Pero en esta ocasión quería hacerlo sólo por el hecho de tocar aquellas aguas llamadas Mar de Irlanda.
Pasados un poco los malestares estomacales y pasados unos días en Dublín nos apetecía movernos a otra ciudad, Cork fue la elegida por ser una de las ciudades importantes del país. Mientras planeábamos nuestro próximo, agotador y motivador traslado nos encontramos con otro edificio de influencias griegas, era el edificio de correos.
Trayecto marcado en rojo. Fueron unas tres horas en autobús, así que para entretener a las niñas nos valimos de papel y colores, de Peppa Pig en el móvil y de benditas y agradecidas siestas.
Llegamos a Cork deseando descansar, pero por la mañana me desperté con ganas de levantarme y de explorar lo que había por ahí, sensación común en los viajes. Tenía el Full Irish Breakfast y A Cup Of Tea metidos en la cabeza, en la Crawford House había buffet y fui para probar algo irlandés, aunque realmente el desayuno irlandés se parece mucho al inglés, con sus salchichas, huevos y jamón fritos. Así como también comparten el mismo gusto por el suelo enmoquetado.
Paseando por Cork vistamos el Bishop Lucey Park, Celia tan sociable como siempre se acercó a una niña irlandesa más o menos de su edad. La niña sorprendida preguntaba a su madre qué decía, pero Celia parloteaba como si creyera que la entendía e igualmente se quedaba descolocada cuando la otra le hablaba... A pesar de sus problemas lingüisticos Celia y Amelie se las arreglaron para jugar y dibujar sobre la base de esta fuente con palos mojados en agua.
En el parque está la estatua de una vendedora de cebollas, algo que no deja de sorprenderme, generalmente las estatuas se levantan para políticos, escritores, poetas y como mucho para vendedores de periódicos que se hicieron conocidos... Estuve buscando en internet alguna historia sobre ella pero no sale nada. Me gusta que se recuerden a las personas así, sin necesidad de que hayan hecho cosas tan relevantes o trascendentales.
Después de dedicar el primer día a pasear por Cork fuimos a descansar. En nuestro camino de regreso vimos la Catedral anglicana de San Finbar, todo el edificio resultaba imponente. Recuerdo que en sus alrededores había lavanda, cogí un poquito de nada que metí en un bolsillo de la mochila y después cada vez que la abría o la cerraba me inundaba un olor refrescante y limpio. Desde entonces me propuse sembrar lavanda en una maceta, lo tengo pendiente...
Hasta aquí esta segunda parte, me quedo con ganas de continuar pero ya va siendo hora de volver a la actualidad.
¡Feliz fin de semana!

2 comentarios:


  1. Que bonita que es Irlanda. Mi hermano y mi cuñada también fueron. Yo no he estado pero me gustaría mucho ir.

    Ahora soy yo la que tiene poco tiempo para comentar. Mi sobrina a empezado a ir a la guardería y soy yo la que la lleva y la va a buscar. Y come en mi casa. Así que entre mi sobrina y las clases de Ingles tengo poco tiempo...

    Pero actualizo el Blog cuando tengo un poco de tiempo libre.

    Saludos.

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  2. Hola Georgina! Etapas en las que uno se tiene que desconectar son inevitables. aprovecha para disfrutar un montón de tu sobri y aprende mucho inglés para viajar a Irlanda, yo poco sé, pero ahí me voy defendiendo.
    Saludos.

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