lunes, 18 de enero de 2010

Jane Eyre.

Deseando conocer lo que aguardan los libros de las hermanas Brontë, me aventuré con Charlotte y su sufrida Jane Eyre.
Fui trasladada a la Inglaterra del siglo XIX, para ser testigo de las calamidades y los maltratos hacia una niña que pensaba, con justa razón, que debía existir algo mejor que su reducido y malsano mundo. Una de las cosas que más me gustaron mientras crecía, fue que las atrocidades que vivía no le impidieron abrir su mente y desarrollar una sensibilidad artística que plasmaba incluso lo que nunca había visto. Además de aprender las aptitudes necesarias para ejercer como institutriz, profesión que la llevó hasta Thornfield Hall, un lugar donde siente que empieza a vivir y donde descubre no sólo la conexión excepcional que tiene con el dueño de la casa, el señor Edward Rochester, sino que también el misterio retenido en las paredes de la mansión.
La autora se encargó muy bien de describir un amor único, intelectual y emocional, y de mantener la intriga con el oscuro secreto. Me convirtió en la confidente de Jane Eyre, puesto que a veces se dirigía a mí llamándome ''lector'', y hacía un paréntesis en la historia para aclararme y contarme cosas, algo que se agradecía.
Como es un libro que aborda la educación, me llamó la atención esa referencia a no desaprovechar talentos, porque Jane también trabaja en la escuela de una aldea sabiendo que puede ofrecer mucho más, esto me dejó pensando a nivel personal... El libro también contiene discursos moralistas, que en ocasiones y según se miren pueden cansar.
Charlotte Brontë nos dejó un clásico de la literatura inglesa de quitarse el sombrero, fue publicado en 1847 y es prácticamente autobiográfico.

Casi siempre que termino un libro me gusta ver a los personajes representados, así que busqué una adaptación, de todas las que hay, que se ajustara bastante a la novela.
Me decidí por esta miniserie de la BBC producida en el 2006. Sólo os digo que las actuaciones, los diálogos y las ambientaciones son excelentes. Si no podéis leer el libro, mirad la serie porque vale la pena. Aquí os dejo la opción de verla.

domingo, 10 de enero de 2010

Días nevados.

¡Hoy estuvo nevando en Vigo! En los 12 años que llevo viviendo aquí nunca he visto nevar, fue muy poco, pero lo suficiente para que fuera la novedad del día. Una ciudad marítima con nieve. Pondría fotos, pero la nieve no se aprecia.

Precisamente como nunca vemos nieve, ayer salimos en su búsqueda. Me habría quedado tan a gusto en casa de lo más calentita leyendo, pero mi mozo cada vez que llega el invierno insiste en buscar nieve. La verdad es que le agradezco que me haya sacado de mi comodidad, porque fue una excursión que valió la pena por los paisajes invernales tan bonitos que nos encontramos.

Estuvimos en una sierra al norte de Portugal llamada ''Serra de Peneda'', que es un Parque Natural reserva de la biosfera. Nos planificamos para hacer senderismo por una montaña rocosa, leído así no suena muy atractivo, pero yo me lo pasé genial subiendo y bajando rocas, además de que se entraba en calorcito. De recompensa al llegar a la cima, vimos un Castillo del siglo XIII en ruinas.
Como las imágenes hablan más que las palabras os dejo las gélidas fotos, a ver si mis amigas del hemisferio sur se refrescan un poco:


viernes, 1 de enero de 2010

Año nuevo, década nueva.

Empieza el 2010, con él una nueva década y la ilusión de nuevas esperanzas, planes y sueños. Pido que nos dé buena voluntad para seguir creciendo, paz para dar lo mejor de nosotros mismos, humildad para apreciar los detalles de la vida y salud y amor para disfrutar de nuestros seres queridos.

Dicen que se cumplieron cien años desde que se comen las doce uvas cuando las campanadas de la Puerta del Sol de Madrid anuncian el año nuevo. Sabemos que es una tradición española que indica buena suerte, y como estamos tan arraigados a esa costumbre, no hay un sólo año en que se deje de comer las uvas. ¿Cómo es en vuestros países, seguís esta tradición u otras?

Ya le dijimos adiós al 2009, se ha marchado para no volver, como si no se hubiera dado cuenta de que le habíamos tomado cariño. Fue en este año cuando algunos de mis familiares decidieron marcharse también, por eso se ha convertido en un año significativo para mí. También fue un año en el que aprendí mucho, un año de ajetreo, de mucha creatividad y un año en el que conocí a gente maravillosa. No hago balances, pero me siento satisfecha más o menos con lo que logré. En fin, un año da para mucho y espero que el 2010 nos sorprenda para bien. Os deseo lo mejor.

¡Bienvenido 2010!