miércoles, 23 de junio de 2010

Molinillo de viento.

Otra vez ando a vueltas con el reciclaje. En estos días la idea de hacer un molinillo de viento con una hoja de revista me atraía y empecé a experimentar.
Siempre he pensado que estos molinillos eran para los niños, pero hoy me enteré de que son muy útiles para alejar pájaros de terrazas y balcones evitando que los ensucien.

Es muy sencillo, al terminar las aspas puse una chincheta en el medio y después la clavé a un palito de madera, dejando espacio para que gire bien el molinillo. Este es el que hice, lo tengo en una maceta del balcón:

Intenté que la hoja de revista tuviera varios colores y dibujos.

Aquí os dejo un paso a paso para hacer las aspas del molinillo por si os animáis:

En un principio quería hacer uno para cada niño de mi aula a modo de recuerdo por el final de curso, pero el tiempo ha pasado veloz y tendré que dejarlo para el año que viene.
Ahora, como es más rápido, estoy haciendo también con hojas de revista de dibujos, barcos de papel, los cuales llevarán como cargamento unos cuantos caramelos y una nota de cariño de mi parte.

domingo, 13 de junio de 2010

Any Human Heart.

“Llevamos un diario para capturar esa colección de yoes de que cada ser humano se compone. Piensen en nuestro progreso a través del tiempo como en una de esas imágenes tan prácticas que ilustran la Evolución del Hombre. Las diversas etapas del desarrollo están ahí, pero están trastocadas, contrapuestas y repetidas al azar... Todas estas personas diferentes son yo”.

Escribir un diario debe resumirse en ese párrafo que aparece en las primeras páginas de este libro. Recuerdo cuando inicié uno a los 15 años y lo dejé a los 25. Pasados los años volví a leerlo y me di cuenta de cuánto había evolucionado y descubrí sorprendida cosas que ya había olvidado. Los diarios no sólo me parecen interesantes sino que también útiles.
Gracias a algunos alicientes, a veces me animo a leer autores que son más bien conocidos en sus países, como William Boyd. El título en español es Las aventuras de un hombre cualquiera, pero yo lo prefiero en inglés, Any Human Heart tiene un significado más cercano.
Al abrir sus páginas nos encontramos con diarios que recorren la vida de un hombre de forma variada e intensa durante todo el siglo XX. Nos encontramos con Logan Mountstuart, novelista graduado en Oxford, espía en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial, marchante de arte en Nueva York y profesor en África Al mismo tiempo vemos cómo interactúa con personajes de lo más conocidos: Virginia Woolf, Picasso, Ernest Hemingway, el duque de Windsor y algunos más. Las conversaciones y los comentarios con estos personajes son mordaces y muy curiosos, algo destacable del libro.
A veces me daba la sensación de que Logan realmente existió por la forma minuciosa en que están recogidos los datos y los sucesos, esto me gustó.
No creo que sea un libro 10, pero ciertamente es entretenido y será llevado a las pantallas en forma de miniserie. De momento se está grabando aquí en España y cuenta con los siguientes actores: Matthew Macfadyen, Kim Cattrall, Gillian Anderson, Jim Broadbent, Sam Claflin, entre otros.

Una flor toledana.

Desde el centro de España me llegó esta bonita flor hace unas semanas.
Noelia es su autora, gracias a un intercambio que hicimos cerca de mi cumpleaños me la envió. ¡Gracias otra vez Noelia!
A partir de ahora tendré por costumbre publicar los regalos que me mandan.

viernes, 4 de junio de 2010

Nuestro granito de arena por el medio ambiente.

Dentro del desorden y el bullicio que puede reinar en una escuela con niños de 2 y 3 años junto a los preparativos de final de curso, pudimos embarcarnos en este bonito proyecto.
Mañana será el día del medio ambiente y para celebrarlo plantamos habichuelas hace unas semanas. Reutilizamos envases de cristal para que cada niño tuviera su plantita y durante estos días observaron su crecimiento, de paso comentábamos lo importante que es cuidar la naturaleza.
Lo cierto es que estos pequeños agricultores se mostraron muy ilusionados e interesados, cada día querían ver cuánto habían crecido sus habichuelas y enseguida estaban dispuestos a regarlas y a sacarlas al sol.

Hoy cuando salimos al patio, una de las niñas recordó algo que dijimos en clase: que no se debían arrancar las hojas de los árboles. Lo decía mientras acariciaba una. Esto podría confirmar una vez más que la educación empieza desde muy pequeños.
Ya se las llevaron a casa, así de grandes estaban. Fue satisfactorio ver cómo se marchaban con una sonrisa de oreja a oreja y su plantita entre las manos.