Con esta entrada finalizo mis visitas a esta histórica ciudad, es lo que tiene viajar dos veces seguidas, hay Londres para rato.
Fueron visitas breves y culturales, aunque al ser tan cortas, apenas se puede sacar una conclusión de cómo es la sociedad londinense. Los ingleses promocionan bastante bien su cultura y ésta también suele gustar. Pero estar ahí y sentir por momentos cómo vive un inglés, es diferente.
Esta vez estuvimos en la zona de Victoria. La noche del sábado llegamos al hotel empapadas por la lluvia y cansadas, había sido un día de variadas emociones.
Al día siguiente al asomarnos a la ventana nos encontramos con la misma estampa, lluvia. Me gusta la lluvia y los días nublados, pero claro, si tengo que salir prefiero que sólo esté nublado...
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Parece ser que el hotel es de la época eduardiana con una sala de estar victoriana. Hoy en día leo escritoras inglesas de esas épocas más o menos, pensé en ellas y en cómo habitaban sitios parecidos.
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Desayunamos tostadas y té. El aporte calórico del desayuno inglés con sus huevos fritos, salchichas y tocino, sólo lo pudimos disfrutar en el anterior viaje. Partimos bajo el paraguas hacia el
Victoria&Albert, otro museo que nos atraía. Tomamos el metro y al bajarnos, de repente me vi caminando por un pasillo subterráneo bastante amplio y lleno de gente que nos llevó directamente a las puertas del museo. Me pareció una buena forma de evitar la insistente lluvia inglesa.
En cuanto al museo, al principio creía que trataba sólo sobre la reina, quien había reinado durante más de 60 años y su marido. Pero aparte de tener una variedad de cosas relacionadas con ellos, también alberga salas de varios países con réplicas exactas de algunos de los monumentos más conocidos del mundo.
Así que me encontré con el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela:

Como os podéis imaginar es un museo inmenso, no nos quedaba otro remedio que seleccionar.
Nos atrajo una sala de moda con vestidos de diferentes épocas:

Salas y muebles victorianos, nos encantan...

Nuestra siguiente parada,
National Portrait Gallery, un museo con retratos y esculturas de personajes del mundo político, artístico y científico británico. Queríamos ver algunas escritoras que ya hemos leído.
Allí nos encontramos el retrato que le hizo Cassandra Austen a su hermana Jane, fue una sorpresa descubrir que era pequeño, tan pequeño como el tamaño que tiene ahora mismo aquí:

Jane Austen - 1810.
Las hermanas Brontë, pintadas por su hermano Patrick, al parecer ese borrón que se ve era él, se borró porque admiraba a sus hermanas y sentía que no merecía estar junto a ellas:

The Brontë sister - 1834.
Vimos un sin fin de personajes conocidos con un montón de historias detrás, un verdadero gusto pasear por todas estas salas. Pero ya llegaba la hora de despedirnos, nuestra última parada era la estación de autobuses de Victoria, de ahí fuimos a nuestros respectivos aeropuertos. Las últimas horas las pasé fijándome en un montón de detalles e intentando conseguir en las tiendas recuerdos para llevarme a casa.
Termino la despedida con una imagen de la obra de teatro Private Lives que fuimos a ver, gracias a esta motivación pude conocer un sitio nuevo, hacer amistades nuevas, crecer, disfrutar y ser feliz.
