
Durante una hora de mi trabajo disfruté de la sección de cuentacuentos que dediqué a los niños de 2 y 3 años. Pensé que iba a ser difícil que permanecieran atentos, pues casi siempre ocurre algo que los dispersa.
Pero al empezar de forma decidida la narración de La cigarra y la hormiga, por arte de magia había casi una veintena de personitas mirándome, y en cuanto expresé las lamentaciones de la cigarra holgazana, fue una gozada ver algunas caritas de pena que parecían empatizar con ella.
Les gustaban los cambios de voces y los dibujos, sin duda buenas herramientas para captar la atención de los distraídos. A mí me gustaba cuando pedían un cuento tras otro.
Les hablé del día del libro y se llevaron a casa el marcapáginas que les ayudé a hacer. En cartulinas recortadas pintaron flores con los dedos y yo escribí el origen y el significado de los nombres de los niños por detrás:
Aquí no hay la tradición de Cataluña con Sant Jordi, pero hay personas que se regalan libros y algunos están de descuento. Aproveché para autorregalarme Alicia en el país de las maravillas del matemático Lewis Carroll.
Para terminar, os dejo el comentario de uno de los últimos libros que leí:

Me gustó cómo se desarrolla la narrativa y algunos diálogos. Aunque me habría ahorrado algunas páginas que hablan sobre la muerte, estuvo de más tanta desolación.
Un punto que me sorprendió debido a la época en la que fue escrito el libro, es que el autor destaca a una mujer en el mundo del periodismo dando a entender que ella escribía los artículos de los dos maridos que tuvo, algo que los convierte en el hazme reír de los demás. No fue fascinante pero sí entretenido. Por último, confieso que uno de los alicientes para leer este libro es la grabación de la película que se está llevando a cabo y que cuenta con la participación de Mr Pattinson.
Estoy a una semana de embarcarme en un nuevo viaje...