
Llevamos unos días nublados que me encantan, la mayoría de la gente se queja porque en este hemisferio estamos de verano, pero a mí los días así me gustan.
Igual el verano invita a salir sea como sea, el otro día paseábamos cuando nos encontramos con este señor que anda buscando sus origenes en Galicia, Ramón Estévez, mejor conocido como Martin Sheen, estuvo de visita hace poco en la catedral de Tui al igual que nosotros.
No lo reconocí, me tuvieron que decir que se trataba de él, bueno, al final dudábamos todos, así que resolvimos preguntándoselo. Efectivamente teníamos a nuestro lado al protagonista de
Apocalipsis Now, intentando hablar en español y llamándole a Celia, ¡beautiful!
En la foto sale más gente, pero como me puse a su lado la recorté para que los demás conservaran su anonimato.
No soy seguidora de él y ni siquiera había visto ninguna de sus películas, sólo sabía algo de los trabajos de su hijo Charlie Sheen.
Decidí ponerle solución y en honor a nuestro encuentro vi la famosa
Apocalipsis Now de 1979...
Aunque está considerada una película de culto es demasiado bélica para mi gusto. Eso sí, hay que reconocer el gran trabajo de Francis Ford Coppola, los efectos, las imágenes, los diálogos, la música con The Doors, Wagner, The Rolling Stones, todo parecía que iba en el lugar adecuado para atrapar al espectador.
Está basada en el libro
El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, será la historia o la época en la que estoy, pero no me atrae nada leerlo. El color naranja que casi siempre dominó en la trama, ya recreaba bastante bien el infierno.

El capitán Willard (Martin Sheen) es enviado a Vietnam a un lugar de la jungla donde deberá matar al Coronel Kurtz (Marlon Brando), quien al parecer se ha convertido en un asesino y al mismo tiempo en un Dios para los nativos. A medida que se adentra en la jungla en su viaje por el río, Willard se ve afectado por los poderes de la naturaleza, por diversos conflictos bélicos y por las enfermedades. Poco a poco Willard se convierte en un hombre similar a aquel que tiene que matar.
Hacia el final, la película pierde realismo y se llena de simbolismos. Buenas actuaciones y actores, podemos ver a unos jovencísimos Martin Sheen y Harrison Ford. Aunque me dejó la sensación de que Marlon Brando sale muy poco y de que Martin Sheen habla muy poco.


El encuentro con Martin Sheen fue breve, después de intercambiar algunas palabras en el pórtico de la catedral tudense se fue. Días más tarde nos enteramos en los periódicos de que estaba rodando un programa para la NBC donde habla de sus raíces paternas en la provincia de Pontevedra.
Debería de llevar con orgullo el apellido Estévez. Fue un gusto conocerle.