La crianza de mis hijas se está convirtiendo en el mejor trabajo que he tenido. El título no se refiere a la tan sonada canción ni a ninguna película romántica. Se refiere a uno de los libros del conocido pediatra español
Carlos González.
Últimamente salto de un libro a otro y la mayoría hablan sobre niños (cuando tienes hijos resultan sumamente entretenidos). Gracias a algunas circunstancias y a la lectura de este libro puede decirse que disfruto cada vez más de la maternidad.
Carlos González hace que vea la infancia de forma más comprensiva, y con bastante sentido común nos cuenta que todo es más sencillo de lo que creemos, lo que me produce un gran alivio. Es un gran defensor de la lactancia materna y de la crianza natural, está en contra de los rígidos métodos conductistas, cree por encima de todo que cuanto más cariño y respeto se le de a un niño, más seguro y equilibrado será.
¿Y por qué le voy a hacer caso? Por su sentido común y porque me va todo lo natural, pero principalmente porque pienso que el amor nunca podrá hacer daño a nadie.
Él mismo dice que nos escandalizamos de cómo se criaban a los niños antiguamente para luego preguntar:
¿pero seremos tan arrogantes de creer que hoy en día sí lo estamos haciendo todo bien?
Un ejemplo es que se sigue viendo mal que los niños estén mucho tiempo en brazos, de hecho es común oir que así se malacostumbran. No se malacostumbran, ya nacen con esa necesidad. ¿No es mejor tenerlo en brazos que oirlo llorar?, menos complicaciones y además muchas culturas siempre han llevado a sus hijos a cuestas y no tienen problemas por eso.
E ideas como el colecho (que los niños duerman con sus padres) se ve también de forma negativa. Sin embargo insistirle al niño para que coma y crear una batalla sigue pareciendo correcto... Y así muchos hechos cotidianos que pone en tela de juicio y que nos replantea.
Una lectura totalmente recomendable (igual que sus otros libros) para todas aquellas personas cercanas al mundo de los niños.
Y para terminar con las reflexiones: recordemos siempre que a los niños nunca se les da demasiado cariño y mimo.
Me despido muy al estilo de Begoña y
Tea On The Moon, (un blog que admiro mucho), con un vídeo musical referido de alguna manera a la entrada.
Os cuento una última cosilla, ya llevo tiempo con los preparativos para el segundo cumple de Celia...
Kiss me, oh kiss me de David Fonseca. Bonita canción que, por cierto, bailé en estos días con Celia.