miércoles, 28 de marzo de 2012

Simplicidad.

Llevo una temporada en la que me gustaría simplificar cosas en mi vida, que lo logre o no está por verse día a día. Tener un bebé de por sí puede crear complicaciones, tal vez por eso quiera escapar de otras complicaciones innecesarias que nos echaríamos al hombro fácilmente. Aún no lo comenté, pero ya habéis visto que ahora el blog se llama simplemente Palikú. Sí, quería simplificar hasta el nombre del blog, me empezó a parecer demasiado largo y me agotaba, ¡vamos, épocas que tiene una!
No, no me olvido del primer cumpleaños de Celia, en otro momento pongo fotos de los detalles. Pero ya os anuncio que sigue la línea de esta entrada, fue algo sencillo. Pero pienso yo que sin caer en la sosería, resulta imposible cuando la temática de la fiesta era la primavera... por aquello de que Celia nació en esa estación. Mientras preparo las fotos, os dejo de momento con el regalo del día del padre que hicieron los peques de 2-3 años en la escuela. Les pedimos camisetas blancas de los padres y le hicieron un dibujo con pinturas para tela...
Estos pequeños Mirós crearon chuladas como estas:
Quisimos hacer la actividad inspirados en los cuadros de Joan Miró, ya que resultan más fáciles de imitar por los niños de estas edades:
Aunque cada niño fue dibujando su propio estilo:

Me gustó mucho el regalo del día del padre de este año, me resulta entrañable, bonito, útil y sencillo.
Tanto me gustó la idea que resolví el regalo de Celia para papá de esa misma manera. Con la diferencia de que Celia sólo estampó sus manos en la camiseta. Debido a que es más pequeña que los niños con los que trabajo, lejos estaba de que tomara entre sus manos el pincel e hiciera algún garabato:
Creo que más de un padre quedó contento con el regalito, por lo menos el de Celia quedó encantado.
Dentro de unos días os comento la fiesta de Celia, ella con su añito recién cumplido miraba maravillada todo lo que le rodeaba. ¡Los detalles llegaran muy pronto!

lunes, 19 de marzo de 2012

Batido San Patricio + Una habitación con vistas.

Hace poco el catarro y la fiebre se pasearon a sus anchas por casa dándonos la sensación de que no nos querían abandonar, la fiebre ya se fue, pero todavía queda algo del catarro. Justo a tiempo para celebrar San Patricio a nuestra manera, creo que ya tengo por costumbre festejarlo cada año con algo, la tendecia es hacer algo culinario.
El año pasado intenté hacer un bizcocho arcoiris, este año un batido verde ya que es el color característico de la festividad, algo más sencillo, sano y fresquito. Y tan sano, lleva espinacas... a ver qué os parece:
No encontré leche de coco y usé una con vainilla, así ya la incluía. Después de hacer el batido pensé que pude mezclar leche de vaca con coco rayado, pero otra vez será.
Como imagináis hay que mezclar todo con la batidora, pero antes hay que hacer una especie de infusión durante 5 minutos con 4 o 5 hojas de menta, el agua y la miel. Una vez frío batir con lo demás.
Sé que las espinacas no motivan mucho para hacer el batido, pero la verdad es que no se notan y precisamente con ellas me parece un batido original. No le eché hielo a causa del catarro y pienso que no le hace falta, con la menta ya es un batido bastante fresquito, además se puede meter en la nevera.
Así quedó:
Sabe a menta, como os decía es muy fresquito y sienta bien, encontré la receta aquí.
Mientras tomaba el batido y Celia dormía aproveché para ver Una habitación con vistas. Era una de las tantas pelis que tenía en lista de espera.
Una película de James Ivory de 1986 que recrea el principio del siglo xx en Italia e Inglaterra, es de esas pelis con esos vestuarios que tanto me gustan. Me pareció romántica pero a la vez peculiar por sus personajes. Sobre todo por el protagonista, George Emerson (un desconocido para mí Julian Sands) excéntrico, atolondrado e impulsivo en sus gestos y actuaciones. Una vez leí que los viajes hacen madurar a las personas y creo que es verdad, precisamente esta película nos cuenta la historia de Lucy Honeychurch y su viaje (por entonces una joven Helena Bonham Carter), una chica inglesa que viaja a Florencia junto a su prima Margarett (Maggie Smith), viaje que la cambiará llenándose de experiencias. Conocerá a personas, entre ellas el antes mencionado George Emerson quién la desubicara, y por alguna razón se mentira a sí misma y a los demás hasta madurar lo que siente.
Mientras veía la película me di cuenta de la cantidad de actores ingleses que conozco a raíz de ver tantas series de la BBC (esas ''tantas'' la verdad son menos de lo que me gustaría). Y también recordé lo mucho que me gustó Florencia cuando estuve en 2002 en una excursión relámpago. Por cierto, en esta película se descubre la visión que pueden tener los ingleses sobre los italianos: muy pasionales y violentos.
En fin una historia interesante y entretenida, creo que bastante fiel al libro porque de hecho durante la cinta se iban mencionando los capítulos. Ahora sólo queda plantearme si leeré el libro de Edward M. Forster, no digo que no, pero de momento me iré al lejano Oriente a ver si empiezo por fin Vida de una Geisha de Mineko Iwasaki, ¡qué cambio!

martes, 6 de marzo de 2012

Fiesta pirata.

Hace muchos días que el carnaval pasó, por eso antes de que pase más tiempo, quería poner fotos de los detalles de la fiesta. La verdad fue uno de los carnavales que más me gustaron, tanto niños como mayores quedamos contentos con el resultado.
Este es el escenario donde los niños se hicieron fotos, ¡les hacía mucha ilusión estar en el barco disfrazados de piratas! Gran parte del material son cajas de cartón...
Y no puede existir un pirata sin mapa del tesoro. En este mapa están representadas cada una de las aulas de la escuela, la mía era La isla del sueño, y no porque estemos toda la mañana durmiendo (algo que no estaría mal de vez en cuando). Fue llamada así porque una vez que cesan las actividades se acondiciona para que los niños duerman después de comer.
El aspecto envejecido lo consiguió una de mis compañeras exponiendo el papel con limón al sol y coloreándolo con café:
Las banderas pirata tampoco podían faltar, con dibujos de garfios, espadas, huesos, calaveras... Cada una de ellas fueron estampadas por los niños con ayuda de plantillas:
Este fue el disfraz pirata, hecho con bolsas plásticas y pañoleta de tela, los niños se veían genial todos juntos:
Y encontraron los cofres del tesoro, con monedas de chocolate dentro...
Una tarta de barco. Esta no es la que hizo mi compañera (es de la red) porque me olvidé de hacerle fotos... pero realmente era así. Con un bizcocho redondo partido a la mitad bañado en chocolate, luego los donettes en los laterales haciendo de salvavidas, ¡me encanta! Además hubo orejas y filloas típicas de esas fechas para degustar:
Ahora que las fiestas temáticas están tan de moda en los cumpleaños de los niños, este puede ser uno de esos temas al que se le saca mucho partido, no sólo se tiene que hacer en carnaval.
¿Qué os parece? Se trabaja bastante pero el resultado es satisfactorio.
Sigo pensando en el cumpleaños de Celia, al referirme precisamente a fiestas temáticas me pregunto si le haré una... no es mala idea aunque todavía es demasiado pequeña para eso. Sobre la marcha iré viendo, a ver, a ver...
¡Buena semana!